miércoles, 29 de mayo de 2019

MALOS  TIEMPOS  PARA  LA  LÍRICA  SECESIONISTA ... PERO.

Los secesionistas catalanes, sin distinción entre supuestos racionales y reales extremistas, fueron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos pensando que allí le iban a dar la estocada de muerte al Estado y a la Democracia española de la que, por cierto, el conglomerado secesionista es parte, hoy por hoy, indivisible, es decir, que nuestro Estado y nuestra Democracia se llaman aquí Generalitat de Catalunya; la Constitución  y el Estatuto son el entramado jurídico que articula ese conjunto.

Pensaban que allí, como en el Jordán en su día, se iban a blanquear las tropelías jurídicas y políticas que cometieron en el Parlamento de Catalunya los 6 y 7 de Septiembre y las posteriores hasta llegar a la mascletá del 1-O, con un espectral referendum, "avalado" en unas no menos espectrales "leyes de desconexión". Pues no ha sido así. Más bien al contrario, ya que nunca un tiro salió con tanta fuerza y contundencia por una culata ...

El citado Tribunal Europeo ha hecho algo así como llevar a los presuntos asesinos a la escena del crimen, lo que más les jode, valga la deliberadamente dura metáfora. Es decir, les ha hecho viajar al pasado casi dos años  para recordarles que eran -y son- parte del Estado democrático, de su legalidad y su constitucionalidad, y que no tienen el menor fundamental legal -ni moral, añadiría yo- aquella sarta de atropellos, sediciones y frivolidades que, por mucho rendimiento que le quiera seguir sacando, no atenúa lo más mínimo la torpe y brutal actuación de algunos policías el 1-O-17, al mando de unos tales Rajoy y Zoido. Cada cosa en su sitio y ya vale de mezclar churras con merinas para justificar lo injustificable.

La sentencia de este Tribunal Europeo es letal para  deslegitimar el relato secesionista tal y como se ha expresado hasta ahora. Prueben en Naciones Unidas, allí tal vez ... O prueben a dejar de engañarse y de engañar, bajen a la realidad y vengan al diálogo y al acuerdo, que es lo que más necesita y lo que más dignifica a Catalunya y a su ciudadanía, en especial a los más desfavorecidos que, además de los efectos devastadores de su crisis y sus recortes, son los que más sufren esta parálisis y desgobierno ya endémico. Un poco de solidaridad aunque no sean de los suyos, porque ya sabemos que para los suyos eso de la precariedad laboral o la pobreza energética o la subalimentación o la pobreza a secas, son cosas exóticas de mal gusto.

En estos círculos se dirá, y con razón, que hay días que mejor no amanecieran, porque apenas 24 horas después de esa sentencia demoledora, el Parlamento Europeo niega la entrada y la acreditación como diputados a Puigdemont y Comín, electos el pasado 26 de Mayo. Cortesmente les recuerda que el procedimiento es muy sencillo y lleva más de 40 años aplicándose: Deben jurar o prometer la Constitución  del país en el que han sido electos, tras ello acceden al acta y con ella son capitanes generales en las distintas sedes de dicho Parlamento Europeo, que creo recordar que son tres: Bruselas, Estrasburgo, la sede del Tribunal adverso, y Luxemburgo.

Si yo fuera Puigdemont y Comín vendría, me arriesgaría a la prisión preventiva y, tal vez con ello, contribuirían a la libertad provisional de ellos mismos y de los demás presos. No es tan descabellado, porque es de común aceptación que la prisión provisional de unos guarda relación causa-efecto con la fuga de otros ... Pero, bueno, disuade mucho el exilio dorado en la mansión de Waterloo que es algo así como la factoría industrial productora de victimismo, practicamente el único combustible que le queda al secesionismo y que, todo hay que decirlo, muchísima gente consume con delectación. Es su derecho.

Por último, al hilo de la euforia que la sentencia de Estrasburgo y el cerrojazo del Parlamento Europeo está provocando en el ancho campo no secesionista, en Catalunya y en el conjunto de España, me parece oportuno un aviso para navegantes: Si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos emitiera sentencia adversa para el Estado Español en relación a la prisión preventiva de los políticos presos y a posibles sentencias  condenatorias fundadas en desmedidas acusaciones de rebelión violenta ... habría que tragársela sin rechistar y gestionarla politicamente como mejor proceda; no doy ideas. Es lo que tiene esto de los Tribunales en Democracia, que no puede uno programar a conveniencia su productividad.



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