Por Manuel Zaguirre*
Cuando escribo estas líneas, los Estados Unidos de America
que preside el frustrante Obama, con el apoyo del algún otro país y sin
cobertura legal de la ONU, ya han decidido atacar militarmente a Siria. No se
sabe aún qué modalidades de ataque destructivo emplearán pero todos tenemos la
certeza que el mismo llevará más muerte y sufrimiento a la población siria, ya
muy machacada por dos largos años de ataques brutales del ejercito sirio al
servicio del sátrapa Bachar El Asad y de su clan familiar hipercorrupto que
ejerce despóticamente el poder en aquel país.
Lo más probable es que cuando estas líneas vean la luz en
alguna publicación, dichos ataques ya estén en marcha. Razón de más para que
vierta en ellas mis pensamientos, sentimientos y sugerencias. Figurense si
sirvieran para evitarlos.
Permitanme, como tantas veces antes, echar mano de la
memoria para sustentar lo que pienso y siento ante este nuevo estallido bélico
en la región más inestable de la Tierra.
Han pasado poco más de 10 años, Bush-hijo, con el apoyo de
patéticos acólitos como Blair, Aznar y Durao Barroso, invadía Irak, arrasaba
con todo, salvo con las instalaciones petroleras, provocaba decenas de miles de
víctimas civiles inocentes y sumía en la destrucción y el odio para muchas
décadas futuras un país multimilenario como Irak. Todo ello al margen y contra cualquier cobertura legal de la ONU.
Tres días después de la invasión de Irak, iniciábamos en
Damasco, la capital de Siria, una Conferencia Internacional entre delegaciones
de la CISA (Confederacion Internacional de Sindicatos Arabes) y de la CMT (Confederación
Mundial del Trabajo), de la que yo era vicepresidente. Fue un hermoso gesto de
solidaridad con los trabajadores y los pueblos árabes en un momento en el que
su dignidad y su soberanía, como de costumbre, estaban siendo atropelladas en
Irak. Pero la Conferencia no fue sólo un acto simbolico solidario. Los
dirigentes sindicales árabes, incluyendo los sirios, debieron escuchar de parte
de quienes representábamos a la CMT serios reproches sobres sus
responsabilidades ante sus gobiernos e instituciones por las graves
limitaciones de éstos en materia de libertades, pluralismo, marginación de la
mujer, etc.
Recuerdo que, ante nuestra presión, los compañeros
sindicalistas árabes aducían el fenómeno
histórico del colonialismo de siglos, del neo-colonialismo de hoy a
causa de la riqueza petrolera, la intervención de las potencias occidentales en
sus asuntos nacionales y el apoyo a regímenes reaccionarios e integristas, la
amenaza permanente del Estado de Israel y de su expansionismo sionista con apoyo
de su armamento nuclear y de las potencias occidentales, especialmente los USA…
como justificantes de las evidentes carencias democráticas y atraso histórico
de sus países y sociedades.
Recuerdo otros dos hechos imborrables de aquella
Conferencia. El primero, el miedo que pasé en aquellas largas madrugadas en las
que parecía oírse a lo lejos el fragor de los bombardeos sobre Bagdad. Se vivía
con el temor de que llegaran a Damasco pues Bush amenazaba con atacar también a
Siria dada la condena de ésta a la invasión de Irak y la acogida de refugiados
iraquíes que llegaban despavoridos a miles cada día. El segundo: los dirigentes
de la CISA sugirieron la conveniencia de que el presidente sirio, Bachar El
Asad, ofreciera una recepción a los participantes en la Conferencia
Internacional. La delegación de la CMT, sin fisuras, rehusamos tal posibilidad.
Nuestra solidaridad lo era con los trabajadores y los pueblos árabes, no con
sus gobiernos o lideres indiscriminadamente.
Hubo otros dos momentos que mi memoria retuvo: Que la
mayoría de las mujeres en Damasco no llevaban velo, que eran bellísimas, y que
sonreían o correspondían al saludo o manifestación de ello. Que en la mezquita
de los Omeya, una de las más importantes del Islam, se encontraba la tumba de
San Juan como lo más normal del mundo…
Ahora, cuando se está consumando en Siria otra barbaridad,
otras masacres a sumar a las de El Asad y su camarilla, otro inmenso error y
otra amenaza contra la paz y la estabilidad en la región y en el mundo… me ha
parecido conveniente este recordatorio de una Conferencia Internacional
inolvidable, expresivo de mi trayectoria y norma de conducta: Siempre al lado
de los trabajadores y los pueblos, de quienes pierden siempre las guerras
porque ponen siempre los muertos; siempre enfrente del poder aunque sea
legitimo; siempre contra el poder ilegitimo y opresivo; siempre denunciando la
hipocresía y el cinismo de la diplomacia de las macro-potencias…
Ha sido con esos materiales éticos que me vengo manejando en
mi larga trayectoria militante y con los que analizo los dramaticos
acontecimientos de hoy:
1)
El Asad representa la degradación totalitaria y
corrupta de modelos políticos, el llamado socialismo pan-arabe, que tuvieron
carácter progresivo en los años 60 en muchos países árabes como alternativas al
colonialismo o a monarquías feudales.
2)
El Asad ha provocado en los 2 años de objetiva
guerra civil más de 200.000 muertos, la inmensa mayoría civiles, y 2 millones
de refugiados. Y todo ello en medio de la indecisión o la indiferencia de la
llamada “comunidad internacional”. Los
recientes ataques con más que probables armas químicas, que El Asad niega y los
inspectores de la ONU intentan probar, y que son la gran coartada para la
intervención militar, es muy probable que no sea la primera vez que suceden,
pues si El Asad dispone de ese armamento letal es lógico pensar que ya lo habrá
utilizado antes contra la multicolor
coalición de opositores y contra la población que les apoya o simplemente están
en el territorio que la coalición opositora controla.
3)
Las fuerzas opositoras a El Asad son un crisol
muy contradictorio, armado de forma precaria y discreta por potencias
occidentales embarcadas en la operación militar que nos ocupa, entre las
que crece el peso e influencia de
sectores islamistas extremos. En todo
caso, esa coalición tan dispersa y contradictoria entre sí no puede ser, lo
sabe todo el mundo, una alternativa democrática al régimen de El Asad para el
caso de que a éste se le expulse militarmente del poder; harto improbable esto
último.
4)
Basta con echar
un vistazo al mapa para comprobar que la región de Oriente Proximo y
Medio es el avispero más fenomenal del planeta, donde se concentran los mayores
recursos petroleros y se da la controversia potencialmente más
desestabilizadora del mundo: La persistencia del Estado sionista de Israel en
su empeño por exterminar literalmente lo que queda de Palestina; atrocidad que
el mundo árabe y musulman perciben como amenaza y agresión directa. En esa
región-polvorin los posicionamientos de cada cual tienen que ver con esos dos
factores: acceso o no a los recursos petroleros y grado de proximidad o rechazo
al Estado de Israel que, conviene no olvidarlo, es el único de la región
saturado de armamento atomico.
Llegados a este punto hemos de
aceptar que el ataque contra Siria –muy probablemente con misiles lanzados a
centenares de kilómetros- no resolverá ni uno solo de los problemas planteados
y, por lo tanto, aumentará o agravará los que ya hay, incluyendo el sufrimiento
de la indefensa e inocente población civil siria.
Veamos:
1)
Los misiles y bombardeos matarán personas
civiles. Negarlo es mentir cínicamente. Y a los remitentes de bombas y misiles
les importa bien poco que los destinatarios estén con o contra El Asad. Les
llaman “daños colaterales”, ¿recuerdan?.
2)
A estas horas, El Asad ya habrá puesto a buen
recaudo sus arsenales y fuera del alcance de misiles y bombas. El destrozo
sobre su país y su gente le importa un bledo
porque, además, tiene un respaldo internacional no desdeñable como el de
Iran, Rusia, China. Eso le da cobertura para resistir el “castigo” de los
bombardeos.
3)
La invasión terrestre de Siria no entra ni de
lejos en los cálculos de Obama y sus adláteres. Saben que desataría dinamicas
imprevisibles e incontrolables para ellos.
4)
Paradojicamente, El Asad podría ganar prestigio
en el mundo árabe y musulman, y en otros ámbitos internacionales, dada su
resistencia a unos ataques que no tienen cobertura legal de la ONU. En el
imaginario de los pueblos árabes, como de otros, el imperialismo colonial
moviliza rechazos amplios.
Ante tantas evidencias de que no
hay salida via militar, salvo que se quiera provocar un conflicto mundial
pavoroso, se esgrime como razón suprema para esa aventura militar sin salida el
rechazo a los ataques de El Asad con armas químicas. Noble motivo. Por
supuesto, si ese ataque se confirma, como nos tememos, El Asad adquiere la
categoría superior de criminal de guerra y autor de crímenes contra la
Humanidad.
Pero tanto humanitarismo nos
sorpende cuando no han tenido el menor pudor en abortar la revolución
democrática egipcia, reponer en el poder a los corruptos y “occidentales”
militares egipcios, via golpe de estado, y justificar de hecho, alguna lagrima
de cocodrilo aparte, las masacres posteriores al golpe de estado (por cierto,
los gases lacrimógenos que acompañan a las balas mortales lanzadas por
militares y policías egipcios contra los manifestantes, ¿pueden considerarse
armas químicas?). Ese mismo humanismo se echa en falta, por ejemplo, ante el
implacable proceso de ocupación y exterminio de Palestina por parte del Estado
sionista de Israel, que no duda en ciscarse en dichas “potencias humanitarias”
construyendo colonias de extremistas judíos a mansalva en los territorios
palestinos de Cisjordania y Jerusalen… como aperitivo de las enésimas
“negociaciones de paz”.
A otro perro con ese hueso
“humanitario” y hablemos claro: Obama se
embarca en esta aventura de la intervención militar en Siria sin base o
cobertura legal alguna, o por presión directa del Estado de Israel o por
amenaza de éste de intervenir por su cuenta contra Siria y contra Iran,
siguiendo su vieja costumbre de golpear primero y luego se verá… Es de sobra
conocido que Israel considera a Iran y a Siria dos enemigos irreductibles, tras
haber neutralizado o limado las aristas antisionistas de otros países árabes de
la región como Egipto, Turquía, Jordania o Irak o las despoticas y medievales
monarquías petroleras.
Es una paradoja siniestra y
repetida: Obama ahora, los USA siempre, devienen subsidiarios del sionismo en
la región, deben someter su política en zona tan decisiva al proyecto histórico
del Estado sionista. Esto es horrible para todos, incluyendo a Israel y a sus
ciudadanos , porque hace peligrar permanentemente cualquier horizonte de paz,
estabilidad, coexistencia y progreso de la Humanidad en su conjunto.
Entre dejar a Israel a merced de
su aventurismo y su armamento atomico o llevar alguna iniciativa, entre lo peor
y lo malo, Obama apuesta por lo segundo.
Triste, cobarde y arriesgada apuesta para un líder que una de las primeras
cosas que hizo recién elegido presidente fue prometer solemnemente a los árabes
que trabajaría por una paz autentica y un orden internacional que contemplara
su dignidad y derechos históricos.
Pero, para concluir, insisto que
las cosas se pueden y se deben hacer de otro modo:
1)
Si es que han empezado, que cesen inmediatamente
los bombardeos y el lanzamiento de misiles contra Siria.
2)
Que los inspectores de la ONU puedan concluir su
trabajo y probar que el ejercito sirio dispone y usó armas químicas contra
combatientes y/o civiles.
3)
Verificada la posesión y uso de armas químicas,
los USA y sus aliados deben encarar una negociación seria con Rusia y China
para que las instancias de la ONU adopten las medidas oportunas contra el régimen
sirio y prevea las formas de intervención, militar y otras, en defensa de la
población civil y en evitación de nuevos ataques contra la misma, ya sea con
armas químicas o convencionales.
4)
Ya puestos, los USA, Rusia y China, deberían
negociar y consensuar un escenario de estabilización para toda la región de
Oriente Proximo y Medio, que empezara por diseñar una salida política, pacifica
y civil a la objetiva guerra intestina que está desangrando a Siria.
5)
Todo lo anterior será inviable o muy incierto si los USA no ponen al Estado
sionista en su sitio desde ya mismo y en evitación de mayores males. Sólo los
USA pueden hacerlo y forzar una solución justa y digna al contencioso histórico
de Palestina. Sin esa solución valida de dos Estados, Palestina e Israel,
conviviendo y cooperando en igualdad, la región seguirá siendo el mayor riesgo
contra la paz y a la estabilidad mundial.
Dos cosas me agobian al terminar:
¿se sabe algo de la Union Europea y de esta señora británica que lleva el
negociado de exteriores?. El PSOE, a
través de una portavoz acreditada, ha
dicho que apoyan la intervención militar de los USA en Siria aunque no la
ampare la legalidad internacional de la ONU… y aunque no se haya producido
todavía, añadiría yo. Eso es lo que se llama una oposición con sentido de la
anticipación; le han ganado por la mano al PP. Vamos bien.
*ExSecretario General de la USO