Si el ciruelo casi centenario del huerto hubiera podido hablar me hubiera dicho la última vez que lo ví, hace ahora un año, que estaba en los últimos estertores en forma de algunas hojillas verdes y alguna ciruela, caricatura triste de aquellas claudias amarillas como puños a las que llegabas sin encaramarte apenas. Mis padres sostenían que aquel árbol, el ciruelo por excelencia, podía llegar a dar hasta 500 kilos en sus años más gloriosos, en aquellos veranos frescos de Soledades en los que las tardes-noches del huerto se llenaban de voces, chascarrillos, risas, música en vivo ... Muchas mañanas, mi madre encontraba al abrir la puerta de la casa que da al huerto un pollo o un conejo, ya pelados, o unos kilos de papas o tomates. Era un trueque espontáneo de vecinas y amigos que se habían llevado un cubo o una espuerta de ciruelas.
En efecto, del ciruelo ya no queda ningún vestigio de vida, ninguno. Se fué para siempre. Y es una sensación de desasosiego grande ver como va muriendo un árbol que te dió sombra, fruta dulcísima y broncas de tu madre por subirte a él acechando un nido, cuando eras tan niño que ni habías emigrado aún a Catalunya.
Pero no hay mal que por bien no venga. Y el otro día se presentó en el huerto mi amigo Juan Perete, un fenómeno, con un bizcocho de bienvenida recién horneado. Me dice que no me preocupe, que a ciruelo muerto ciruelo puesto, que en primavera arrancaremos el centenario, se hará leña de lo que queda de él, plantará un almendro en su lugar, cuando transcurra un año ese almendro será injertado por Juan y en la primavera del 2021 nacerá un nuevo ciruelo a imagen y semejanza del que ha muerto. Así será, palabra de Juan Perete, y no pregunten por qué ni cómo un almendro deviene ciruelo; milagros de de naturaleza y de la vida.
Evocando a nuestro Machado y a su olmo seco, ojalá la vida me conceda prórroga para probar las ciruelas del ciruelillo chico que vendrá en el 2021. A ver.
En otro orden de cosas, las macetas que compré en el 2016, y pagué generosamente, sobreviven solas como pueden; mi agua de urgencia la agradecen con el resurgir de alguna flor aún viva plenamente. A escasos metros, la ristra de macetas de El Corralón exiben flores luminosas. Enhorabuena. Pero no puedo dejar de pensar para mí que con una pizca de solidaridad no moriría ninguna flor en Soledades ... ni ningún niño por hambre o frío ... en el mundo.
En el 77, el Maestro Morente grabó uno de sus discos más hermosos, "Despegando", se llamaba. Iba en él una suerte de himno dedicado a su niña que acababa de nacer, "Estrella", y unas alegrías que irrumpen ahora en mi memoria: "Y el tronco siente el dolor cuando se corta una rama; ay, el tronco siente el dolor, la raíz se llora en sangre y se marchita la flor ..."
jueves, 29 de agosto de 2019
miércoles, 21 de agosto de 2019
VOLVER ... PARA QUÉ.
De mis andanzas en Argentina dí cuenta, de modo breve y exhaustivo, en Facebook. Alli viví intensamente el antes, el durante y el después de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias), del 11 de Agosto, un sistema único en el mundo por el que todos los candidatos y candidatas, desde el presidente al último alcalde, se someten a una criba previa y si no obtienen como mínimo el 1,5% del voto popular pues no pasan a la elección definitiva del próximo 27 de Octubre. Una coalición que hace honor a su nombre -FRENTE DE TODOS-, encabezada por el que fuera jefe de gabinete del Presidente Kirchner, Alberto Fernández, y la que fuera presidenta de la República, Cristina Fernández de Kirchner, han dado un severo revolcón a un tal Macri, a su banda y a sus políticas ultraliberales, venciendo por más de 15 puntos de diferencia. Esas políticas ultraliberales arrojan saldos de pobreza, hambre, desempleo, endeudamiento, devaluación, corrupción, sin precedentes. Inúntil fue que Macri y los suyos, echando mano del Banco Central, forzaran un aumento de la bolsa del 7,8% en vísperas de las PASO (votad como es debido porque esto será jauja, venían a decir), y que con el mismo ejercicio especulativo el peso se devaluara un 32% respecto al dolar en apenas unas horas la mañana del día después de las PASO (por no votar como es debido imaginad la que os espera, toda una vendeta contra la gran mayoría malvotante). Cómo se las gasta esta gente, y cuán duro va a ser el camino hasta el 27 de Octubre. Pero yo ví a la gente resuelta -por exhausta- a ratificar su voto y erradicar estas políticas y estos políticos que sólo producen sufrimiento a las capas ya más empobrecidas de la población, amén de dependencia y servilismo a esos poderes invisibles a los que se la suda el voto y el dolor de la gente.
Me sorprendió, y emocionó en inevitable medida, el eco mediático que tuvieron en Tucumán mis intervenciones sobre el estado actual del Sindicalismo en el ancho mucho y sus potencialidades y carencias para que prevalezca con éxito el Trabajo Humano ante la irrupción salvaje de la digitalización y la robótica sin más premisas, hoy por hoy, que optimizar sin límites los beneficios del capital y las empresas punteras. El Sindicalismo debe reconstruir su dimensión utópica y solidaria -hacer posible lo necesario- al lado de los más indefensos y olvidados, en la medida que el capitalismo parece retornar a sus peores orígenes antisociales, con un sólido apoyo excluyente en las tecnologías más sofisticadas.
Por último, el reencuentro con amigos con los que median décadas de militancia y sueños, de las CTA, de las CGT, de combates sindicales globales, de unidades por arriba que no acaban de bajar al terreno de lo local y nacional. A uno de ellos, Carlos Custer, le debo un artículo en vísperas de sus 80 años, porque es una vida ejemplar que merece ser reconocida en vida, con deliberada redundancia.
De vuelta me encuentro, amargamente, con un incendio asesino -tanto como quienes lo provocaron- que está arrasando miles de hectáreas de uno de los paisajes más hermosos de la Isla de Gran Canaria. La amargura deviene orgullo y emoción cuando veo el comportamiento ejemplar y solidario de todo el mundo sin distinción, autoridades, bomberos, guardia civil, policía, militares y, sobre todo, esa gente anónima que se vuelca para que no falte de nada en los polideportivos que acogen a miles de evacuados, que produce miles de bocadillos, con su agua y su pieza de fruta, para que coman los héroes que están en primera línea de fuego -nunca peor dicho- sin horario ni fecha en el calendario. Se me hace un nudo en la garganta cuando oigo hablar de "los valientes", jóvenes voluntarios que se la juegan para ir a dar de comer y ordeñar a cabras, vacas y ovejas, aisladas -y muertas no pocas de ellas- por el fuego ... Coño, que buen paisanaje tenemos en Canarias y en España; a veces le cuesta, pero cuando dice aquí estoy yo tiembla el lucero. Los alisios han refrescado el ambiente, el fuego parece aplacar su furia, pero el riesgo y la lucha continúan. Ojalá que los pirómanos que provocan estos desastres se pudran en una cárcel sin vegetación ni más agua que la imprescindible.
Con alegría veo que la justicia italiana le ha parado la mano a este pirata moderno llamado Salvini, un animal empeñado en que mueran infelices en el Mediterráneo porque esas muertes cree que lo llevan a la mayoría absoluta. Los inmigrantes y refugiados del Open Arms, tras 20 días sin destino y como apestados en la mar, han desembarcado en Lampedusa, en medio de un estallido de alegría y abrazos a los voluntarios españoles que los rescataron, cuidaron y resistieron con ellos hasta el final. Con el aplauso y la alegría de muchos ciudadanos cuando pisaban tierra italiana, porque aquella sociedad hermana no tiene solo la medida de Salvini y su miseria. Este drama ha retratado a mucho inhumano sin alma, se han proferido insultos e incongruencias contra la ONG ProActiva y su presidente, Oscar Camps, (compañera Calvo, ¿cómo se puede prestar ayuda humanitaria a quienes corren riesgo de morir en el mar sin rescatarlos y ponerlos a salvo?). Ya vale, las leyes del mar imponen socorrer y rescatar a cualquier persona en riesgo de naufragio y muerte. No hacerlo o impedir que lo hagan otros es delito, delito de lesa humanidad ... Por cierto, hay más de 300 personas en otro barco en el Mediterráneo de las que se ha hecho cargo Médicos sin Fronteras, una de las varias ONGs a las que pertenezco. Lo dicho, socorrerles, rescatarles, acogerles, porque no merecen la muerte por el "delito" de buscar una vida sin guerras ni hambres.
Encuentro, sin sorpresa, que la Comunidad de Madrid, siguiendo la estela del Ayuntamiento, será mandada por los becarios de Aznar y otras derechas, especialistas en privatizar y quebrantar los servicios públicos de todos y en bajar los impuestos de unos pocos. Y en seguir chapoteando en un mar de corrupción que no cesa. En nombre de la libertad, dicen, los muy galopines. De paso, Ciudadanos se evapora como supuesto proyecto liberal-centrista embutido entre la derecha extrema del PP y la extrema derecha de Vox. RIP.
Por último, qué lejos queda aquel 28 de Abril en el que fuimos tan felices. Qué sensación de que aquello se deshilacha para hacer una madeja incomprensible con la investidura y el necesario gobierno del cambio. Algunos insensatos aconsejan a Sánchez ir a elecciones en Noviembre y arrasar. Algunos tontos aconsejan a Iglesias que pida lo imposible, que procure que Podemos se quede ciego con tal de que el PSOE se quede tuerto ... No lo merecemos y no será gratis ni impune tanto despropósito.
Me sorprendió, y emocionó en inevitable medida, el eco mediático que tuvieron en Tucumán mis intervenciones sobre el estado actual del Sindicalismo en el ancho mucho y sus potencialidades y carencias para que prevalezca con éxito el Trabajo Humano ante la irrupción salvaje de la digitalización y la robótica sin más premisas, hoy por hoy, que optimizar sin límites los beneficios del capital y las empresas punteras. El Sindicalismo debe reconstruir su dimensión utópica y solidaria -hacer posible lo necesario- al lado de los más indefensos y olvidados, en la medida que el capitalismo parece retornar a sus peores orígenes antisociales, con un sólido apoyo excluyente en las tecnologías más sofisticadas.
Por último, el reencuentro con amigos con los que median décadas de militancia y sueños, de las CTA, de las CGT, de combates sindicales globales, de unidades por arriba que no acaban de bajar al terreno de lo local y nacional. A uno de ellos, Carlos Custer, le debo un artículo en vísperas de sus 80 años, porque es una vida ejemplar que merece ser reconocida en vida, con deliberada redundancia.
De vuelta me encuentro, amargamente, con un incendio asesino -tanto como quienes lo provocaron- que está arrasando miles de hectáreas de uno de los paisajes más hermosos de la Isla de Gran Canaria. La amargura deviene orgullo y emoción cuando veo el comportamiento ejemplar y solidario de todo el mundo sin distinción, autoridades, bomberos, guardia civil, policía, militares y, sobre todo, esa gente anónima que se vuelca para que no falte de nada en los polideportivos que acogen a miles de evacuados, que produce miles de bocadillos, con su agua y su pieza de fruta, para que coman los héroes que están en primera línea de fuego -nunca peor dicho- sin horario ni fecha en el calendario. Se me hace un nudo en la garganta cuando oigo hablar de "los valientes", jóvenes voluntarios que se la juegan para ir a dar de comer y ordeñar a cabras, vacas y ovejas, aisladas -y muertas no pocas de ellas- por el fuego ... Coño, que buen paisanaje tenemos en Canarias y en España; a veces le cuesta, pero cuando dice aquí estoy yo tiembla el lucero. Los alisios han refrescado el ambiente, el fuego parece aplacar su furia, pero el riesgo y la lucha continúan. Ojalá que los pirómanos que provocan estos desastres se pudran en una cárcel sin vegetación ni más agua que la imprescindible.
Con alegría veo que la justicia italiana le ha parado la mano a este pirata moderno llamado Salvini, un animal empeñado en que mueran infelices en el Mediterráneo porque esas muertes cree que lo llevan a la mayoría absoluta. Los inmigrantes y refugiados del Open Arms, tras 20 días sin destino y como apestados en la mar, han desembarcado en Lampedusa, en medio de un estallido de alegría y abrazos a los voluntarios españoles que los rescataron, cuidaron y resistieron con ellos hasta el final. Con el aplauso y la alegría de muchos ciudadanos cuando pisaban tierra italiana, porque aquella sociedad hermana no tiene solo la medida de Salvini y su miseria. Este drama ha retratado a mucho inhumano sin alma, se han proferido insultos e incongruencias contra la ONG ProActiva y su presidente, Oscar Camps, (compañera Calvo, ¿cómo se puede prestar ayuda humanitaria a quienes corren riesgo de morir en el mar sin rescatarlos y ponerlos a salvo?). Ya vale, las leyes del mar imponen socorrer y rescatar a cualquier persona en riesgo de naufragio y muerte. No hacerlo o impedir que lo hagan otros es delito, delito de lesa humanidad ... Por cierto, hay más de 300 personas en otro barco en el Mediterráneo de las que se ha hecho cargo Médicos sin Fronteras, una de las varias ONGs a las que pertenezco. Lo dicho, socorrerles, rescatarles, acogerles, porque no merecen la muerte por el "delito" de buscar una vida sin guerras ni hambres.
Encuentro, sin sorpresa, que la Comunidad de Madrid, siguiendo la estela del Ayuntamiento, será mandada por los becarios de Aznar y otras derechas, especialistas en privatizar y quebrantar los servicios públicos de todos y en bajar los impuestos de unos pocos. Y en seguir chapoteando en un mar de corrupción que no cesa. En nombre de la libertad, dicen, los muy galopines. De paso, Ciudadanos se evapora como supuesto proyecto liberal-centrista embutido entre la derecha extrema del PP y la extrema derecha de Vox. RIP.
Por último, qué lejos queda aquel 28 de Abril en el que fuimos tan felices. Qué sensación de que aquello se deshilacha para hacer una madeja incomprensible con la investidura y el necesario gobierno del cambio. Algunos insensatos aconsejan a Sánchez ir a elecciones en Noviembre y arrasar. Algunos tontos aconsejan a Iglesias que pida lo imposible, que procure que Podemos se quede ciego con tal de que el PSOE se quede tuerto ... No lo merecemos y no será gratis ni impune tanto despropósito.
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