miércoles, 28 de agosto de 2013

SIRIA: QUE LAS BOMBAS NO NOS IMPIDAN VER LOS MUERTOS NI EL FONDO DEL DRAMA.



                                                                                          Por Manuel Zaguirre*

Cuando escribo estas líneas, los Estados Unidos de America que preside el frustrante Obama, con el apoyo del algún otro país y sin cobertura legal de la ONU, ya han decidido atacar militarmente a Siria. No se sabe aún qué modalidades de ataque destructivo emplearán pero todos tenemos la certeza que el mismo llevará más muerte y sufrimiento a la población siria, ya muy machacada por dos largos años de ataques brutales del ejercito sirio al servicio del sátrapa Bachar El Asad y de su clan familiar hipercorrupto que ejerce despóticamente el poder en aquel país.
Lo más probable es que cuando estas líneas vean la luz en alguna publicación, dichos ataques ya estén en marcha. Razón de más para que vierta en ellas mis pensamientos, sentimientos y sugerencias. Figurense si sirvieran para evitarlos.
Permitanme, como tantas veces antes, echar mano de la memoria para sustentar lo que pienso y siento ante este nuevo estallido bélico en la región más inestable de la Tierra.
Han pasado poco más de 10 años, Bush-hijo, con el apoyo de patéticos acólitos como Blair, Aznar y Durao Barroso, invadía Irak, arrasaba con todo, salvo con las instalaciones petroleras, provocaba decenas de miles de víctimas civiles inocentes y sumía en la destrucción y el odio para muchas décadas futuras un país multimilenario como Irak. Todo ello al margen y contra  cualquier cobertura legal de la ONU.
Tres días después de la invasión de Irak, iniciábamos en Damasco, la capital de Siria, una Conferencia Internacional entre delegaciones de la CISA (Confederacion Internacional de Sindicatos Arabes) y de la CMT (Confederación Mundial del Trabajo), de la que yo era vicepresidente. Fue un hermoso gesto de solidaridad con los trabajadores y los pueblos árabes en un momento en el que su dignidad y su soberanía, como de costumbre, estaban siendo atropelladas en Irak. Pero la Conferencia no fue sólo un acto simbolico solidario. Los dirigentes sindicales árabes, incluyendo los sirios, debieron escuchar de parte de quienes representábamos a la CMT serios reproches sobres sus responsabilidades ante sus gobiernos e instituciones por las graves limitaciones de éstos en materia de libertades, pluralismo, marginación de la mujer, etc.
Recuerdo que, ante nuestra presión, los compañeros sindicalistas árabes aducían el fenómeno  histórico del colonialismo de siglos, del neo-colonialismo de hoy a causa de la riqueza petrolera, la intervención de las potencias occidentales en sus asuntos nacionales y el apoyo a regímenes reaccionarios e integristas, la amenaza permanente del Estado de Israel y de su expansionismo sionista con apoyo de su armamento nuclear y de las potencias occidentales, especialmente los USA… como justificantes de las evidentes carencias democráticas y atraso histórico de sus países y sociedades.
Recuerdo otros dos hechos imborrables de aquella Conferencia. El primero, el miedo que pasé en aquellas largas madrugadas en las que parecía oírse a lo lejos el fragor de los bombardeos sobre Bagdad. Se vivía con el temor de que llegaran a Damasco pues Bush amenazaba con atacar también a Siria dada la condena de ésta a la invasión de Irak y la acogida de refugiados iraquíes que llegaban despavoridos a miles cada día. El segundo: los dirigentes de la CISA sugirieron la conveniencia de que el presidente sirio, Bachar El Asad, ofreciera una recepción a los participantes en la Conferencia Internacional. La delegación de la CMT, sin fisuras, rehusamos tal posibilidad. Nuestra solidaridad lo era con los trabajadores y los pueblos árabes, no con sus gobiernos o lideres indiscriminadamente.
Hubo otros dos momentos que mi memoria retuvo: Que la mayoría de las mujeres en Damasco no llevaban velo, que eran bellísimas, y que sonreían o correspondían al saludo o manifestación de ello. Que en la mezquita de los Omeya, una de las más importantes del Islam, se encontraba la tumba de San Juan como lo más normal del mundo…
Ahora, cuando se está consumando en Siria otra barbaridad, otras masacres a sumar a las de El Asad y su camarilla, otro inmenso error y otra amenaza contra la paz y la estabilidad en la región y en el mundo… me ha parecido conveniente este recordatorio de una Conferencia Internacional inolvidable, expresivo de mi trayectoria y norma de conducta: Siempre al lado de los trabajadores y los pueblos, de quienes pierden siempre las guerras porque ponen siempre los muertos; siempre enfrente del poder aunque sea legitimo; siempre contra el poder ilegitimo y opresivo; siempre denunciando la hipocresía y el cinismo de la diplomacia de las macro-potencias…
Ha sido con esos materiales éticos que me vengo manejando en mi larga trayectoria militante y con los que analizo los dramaticos acontecimientos de hoy:
1)      El Asad representa la degradación totalitaria y corrupta de modelos políticos, el llamado socialismo pan-arabe, que tuvieron carácter progresivo en los años 60 en muchos países árabes como alternativas al colonialismo o a monarquías feudales.
2)      El Asad ha provocado en los 2 años de objetiva guerra civil más de 200.000 muertos, la inmensa mayoría civiles, y 2 millones de refugiados. Y todo ello en medio de la indecisión o la indiferencia de la llamada “comunidad internacional”.  Los recientes ataques con más que probables armas químicas, que El Asad niega y los inspectores de la ONU intentan probar, y que son la gran coartada para la intervención militar, es muy probable que no sea la primera vez que suceden, pues si El Asad dispone de ese armamento letal es lógico pensar que ya lo habrá utilizado antes contra la  multicolor coalición de opositores y contra la población que les apoya o simplemente están en el territorio que la coalición opositora controla.
3)      Las fuerzas opositoras a El Asad son un crisol muy contradictorio, armado de forma precaria y discreta por potencias occidentales embarcadas en la operación militar que nos ocupa, entre las que  crece el peso e influencia de sectores islamistas extremos.  En todo caso, esa coalición tan dispersa y contradictoria entre sí no puede ser, lo sabe todo el mundo, una alternativa democrática al régimen de El Asad para el caso de que a éste se le expulse militarmente del poder; harto improbable esto último.
4)      Basta con echar  un vistazo al mapa para comprobar que la región de Oriente Proximo y Medio es el avispero más fenomenal del planeta, donde se concentran los mayores recursos petroleros y se da la controversia potencialmente más desestabilizadora del mundo: La persistencia del Estado sionista de Israel en su empeño por exterminar literalmente lo que queda de Palestina; atrocidad que el mundo árabe y musulman perciben como amenaza y agresión directa. En esa región-polvorin los posicionamientos de cada cual tienen que ver con esos dos factores: acceso o no a los recursos petroleros y grado de proximidad o rechazo al Estado de Israel que, conviene no olvidarlo, es el único de la región saturado de armamento atomico.
Llegados a este punto hemos de aceptar que el ataque contra Siria –muy probablemente con misiles lanzados a centenares de kilómetros- no resolverá ni uno solo de los problemas planteados y, por lo tanto, aumentará o agravará los que ya hay, incluyendo el sufrimiento de la indefensa e inocente población civil siria.
Veamos:
1)      Los misiles y bombardeos matarán personas civiles. Negarlo es mentir cínicamente. Y a los remitentes de bombas y misiles les importa bien poco que los destinatarios estén con o contra El Asad. Les llaman “daños colaterales”, ¿recuerdan?.
2)      A estas horas, El Asad ya habrá puesto a buen recaudo sus arsenales y fuera del alcance de misiles y bombas. El destrozo sobre su país y su gente le importa un bledo  porque, además, tiene un respaldo internacional no desdeñable como el de Iran, Rusia, China. Eso le da cobertura para resistir el “castigo” de los bombardeos.
3)      La invasión terrestre de Siria no entra ni de lejos en los cálculos de Obama y sus adláteres. Saben que desataría dinamicas imprevisibles e incontrolables para ellos.
4)      Paradojicamente, El Asad podría ganar prestigio en el mundo árabe y musulman, y en otros ámbitos internacionales, dada su resistencia a unos ataques que no tienen cobertura legal de la ONU. En el imaginario de los pueblos árabes, como de otros, el imperialismo colonial moviliza rechazos amplios.
Ante tantas evidencias de que no hay salida via militar, salvo que se quiera provocar un conflicto mundial pavoroso, se esgrime como razón suprema para esa aventura militar sin salida el rechazo a los ataques de El Asad con armas químicas. Noble motivo. Por supuesto, si ese ataque se confirma, como nos tememos, El Asad adquiere la categoría superior de criminal de guerra y autor de crímenes contra la Humanidad.
Pero tanto humanitarismo nos sorpende cuando no han tenido el menor pudor en abortar la revolución democrática egipcia, reponer en el poder a los corruptos y “occidentales” militares egipcios, via golpe de estado, y justificar de hecho, alguna lagrima de cocodrilo aparte, las masacres posteriores al golpe de estado (por cierto, los gases lacrimógenos que acompañan a las balas mortales lanzadas por militares y policías egipcios contra los manifestantes, ¿pueden considerarse armas químicas?). Ese mismo humanismo se echa en falta, por ejemplo, ante el implacable proceso de ocupación y exterminio de Palestina por parte del Estado sionista de Israel, que no duda en ciscarse en dichas “potencias humanitarias” construyendo colonias de extremistas judíos a mansalva en los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalen… como aperitivo de las enésimas “negociaciones de paz”.
A otro perro con ese hueso “humanitario”  y hablemos claro: Obama se embarca en esta aventura de la intervención militar en Siria sin base o cobertura legal alguna, o por presión directa del Estado de Israel o por amenaza de éste de intervenir por su cuenta contra Siria y contra Iran, siguiendo su vieja costumbre de golpear primero y luego se verá… Es de sobra conocido que Israel considera a Iran y a Siria dos enemigos irreductibles, tras haber neutralizado o limado las aristas antisionistas de otros países árabes de la región como Egipto, Turquía, Jordania o Irak o las despoticas y medievales monarquías petroleras.
Es una paradoja siniestra y repetida: Obama ahora, los USA siempre, devienen subsidiarios del sionismo en la región, deben someter su política en zona tan decisiva al proyecto histórico del Estado sionista. Esto es horrible para todos, incluyendo a Israel y a sus ciudadanos , porque hace peligrar permanentemente cualquier horizonte de paz, estabilidad, coexistencia y progreso de la Humanidad en su conjunto.
Entre dejar a Israel a merced de su aventurismo y su armamento atomico o llevar alguna iniciativa, entre lo peor y lo malo, Obama  apuesta por lo segundo. Triste, cobarde y arriesgada apuesta para un líder que una de las primeras cosas que hizo recién elegido presidente fue prometer solemnemente a los árabes que trabajaría por una paz autentica y un orden internacional que contemplara su dignidad y derechos históricos.
Pero, para concluir, insisto que las cosas se pueden y se deben hacer de otro modo:
1)      Si es que han empezado, que cesen inmediatamente los bombardeos y el lanzamiento de misiles contra Siria.
2)      Que los inspectores de la ONU puedan concluir su trabajo y probar que el ejercito sirio dispone y usó armas químicas contra combatientes y/o civiles.
3)      Verificada la posesión y uso de armas químicas, los USA y sus aliados deben encarar una negociación seria con Rusia y China para que las instancias de la ONU adopten las medidas oportunas contra el régimen sirio y prevea las formas de intervención, militar y otras, en defensa de la población civil y en evitación de nuevos ataques contra la misma, ya sea con armas químicas o convencionales.
4)      Ya puestos, los USA, Rusia y China, deberían negociar y consensuar un escenario de estabilización para toda la región de Oriente Proximo y Medio, que empezara por diseñar una salida política, pacifica y civil a la objetiva guerra intestina que está desangrando a Siria.
5)      Todo lo anterior será inviable  o muy incierto si los USA no ponen al Estado sionista en su sitio desde ya mismo y en evitación de mayores males. Sólo los USA pueden hacerlo y forzar una solución justa y digna al contencioso histórico de Palestina. Sin esa solución valida de dos Estados, Palestina e Israel, conviviendo y cooperando en igualdad, la región seguirá siendo el mayor riesgo contra la paz y a la estabilidad mundial.
Dos cosas me agobian al terminar: ¿se sabe algo de la Union Europea y de esta señora británica que lleva el negociado de exteriores?.  El PSOE, a través de una  portavoz acreditada, ha dicho que apoyan la intervención militar de los USA en Siria aunque no la ampare la legalidad internacional de la ONU… y aunque no se haya producido todavía, añadiría yo. Eso es lo que se llama una oposición con sentido de la anticipación; le han ganado por la mano al PP. Vamos bien.

*ExSecretario General de la USO

martes, 20 de agosto de 2013

A los militantes del Partido Popular:

CONSTITUYANSE EN CONGRESO NACIONAL EXTRAORDINARIO Y BARRAN TODA ESTA MUGRE…

POR ESPAÑA, COMO A USTEDES LES GUSTA DECIR…

                                                                           Por Manuel Zaguirre*

He sostenido hasta la saciedad que una salida real y realista a la crisis-estafa que nos asola desde hace amargos años, requiere imperativamente y sin demora la regeneración y reconstrucción democrática de España. Y que, en esa dirección y para empezar, la abdicación del Rey y la refundación de los dos grandes partidos políticos nacionales , sobre nuevas bases y con nuevas caras decentes y no contaminadas por la corrupción… son factores inaplazables e innegociables para avanzar hacia ese horizonte de regeneración y reconstrucción integral de nuestro país.

Cierto que, después de esos dos grandes factores para un nuevo comienzo, habría que acometer otros retos urgentes: una moratoria unilateral de la parte más injusta y especulativa de la deuda que  estrangula nuestra economía y destruye nuestro Estado Social, la nacionalización de una parte del sector financiero como clave para la reactivación de la economía real,  una reforma y actualización constitucional, que incluyera el refrendo de la forma de Estado y una articulación federal y solidaria de España… y así un largo etcétera. Pero bueno, esto sería tema de otro artículo sobre la hoja de ruta integral para sacar a nuestro país del hoyo –economico, político y moral- en el que lo han metido tantos indeseables, impunemente hasta el momento.

Quiero referirme ahora a la necesidad urgente, para anteayer mejor que para mañana, de que el Partido Popular (PP) asuma su responsabilidad histórica en tanto que primer partido del país y, en consecuencia, partido del Gobierno de España, de la mayoría de comunidades autónomas y de centenares de ciudades y pueblos…

Mes estoy refiriendo al PP en la acepción más ámplia, es decir, a sus millones de votantes –o  los que le queden desde el 2011-, a sus decenas de miles de cargos públicos y centenares de miles de afiliados y simpatizantes.

Porque es esa masa electoral, institucional y asociativa, que sufre los casos  de corrupción que están hundiendo al PP con la misma angustia y asco que cualquiera otros ciudadanos, quienes tienen las llaves para salir ellos y sacarnos a todos de este enredo descomunal.

Son ellos, la gente del PP, los que deben forzar la celebración de un Congreso Nacional Extraordinario y en paralelo la dimisión desu gobierno. Pero sin caer en la trampa de ensañarse contra Rajoy como bobo chivo expiatorio.

Por supuesto, “el caso Barcenas”, que cobra visos de insoportabilidad moral y social extremos, es ya sin la menor duda “el caso PP y el caso Rajoy”. Pero en la gestación, desarrollo y beneficio de estas tramas de corrupción no ha estado solo Rajoy ni, mucho menos, Barcenas.

Es una historia vieja que empieza hace más de 20 años y arranca en el momento mismo que Aznar recibe de Fraga el liderazgo del recién creado Partido Popular (PP), como heredero de la rancia Alianza Popular (AP). Practicamente de Aznar hacia abajo no hay nadie, nadie, en las instancias directivas del PP que no haya pringado de alguna manera ¡y han habido tantas!, pues la situación actual y toda su carga desestabilizadora y descalificadora de nuestro país y nuestra Democracia, es el resultado acumulado de la confluencia de tres grandes tramas de corrupción de las que Barcenas, que fue el hombre clave en el manejo de los dineros del PP con Aznar antes que con Rajoy, es como una especie de cruce de caminos de esas tres grandes tramas corruptas. Me remito a mi reciente artículo “Nadie conoce a Barcenas; hay que joderse”, y disculpen la autocita.

El Barcenas, un delincuente corrupto y confeso, es un  monstruo que ha crecido hasta convertirse en el mafioso que, desde la cárcel, acojona y chantajea al Partido del Gobierno de España… Pero este monstruo es la creación de mucha gente, de muchos dirigentes del PP, empezando por Aznar e incluyendo a Rajoy, obviamente. En estricta lógica mafiosa, Barcenas sería un sicario de a pie; en modo alguno, un capitán ni, mucho menos, un jefe de familia. Eso sí, un sicario de base pero con información  más que abundante sobre la familia.

Por ello insisto en que sólo los militantes del PP pueden sacar a su partido, y de paso a todos nosotros, del fango al que lo arrojaron sus dirigentes en estos últimos 20 años. Y pueden hacerlo exigiendo o auto-convocando un Congreso Nacional Extraordinario que elija un liderazgo y un equipo dirigente fuera de toda sospecha de corrupción , de proximidad o complicidad con ella, a cualquier nivel partidario o institucional.

Algun bromista dirá que es muy difícil encontrar un presidente y un equipo directivo del PP inmaculados. Pues no. Es una cuestión de método. Les sugiero que empiecen por descarte, por lo más fácil, es decir, los que quedan automáticamente excluidos de esa posibilidad por sus responsabilidades penales y/o políticas en la corrupción: Aznar, Rato, Cascos (éste ahora es de otra ganadería), Rajoy, Trillo, Mayor Oreja, Camps, Feijoo, Del Burgo, Cospedal… Y, por supuesto, mi amiga Esperanza Aguirre que, por muy redentora anti-Rajoy que se postule, nos acordamos todos que fue en su feudo de Madrid donde se produjo la compra de los dos tránsfugas del PSOE que le dieron el gobierno regional y que fue en Madrid, también, donde nació la trama corrupta “Gurtel”.

Hecho este primer descarte de impresentables, la cosa no resulta tan difícil. Creo que Soraya Saenz de Santamaría sería una excelente presidenta del PP por razones que saltan a la vista, Y para el equipo valdría Ana Pastor y este chico que lleva el gabinete de Rajoy, Moragas, y Zoido, el actual alcalde  de Sevilla… Es una pena que haya vuelto a su trabajo profesional Antonio Basagoiti; sería un excelente candidato. Aunque, quien se va puede volver…

Sí, en el PP sí hay gente buena, joven, decente, no corrupta, para armar un liderazgo y un equipo de dirección alternativo.

Por lo tanto, militantes, afiliados y afiliadas del PP, votantes, compatriotas y conciudadanos, echen mano ya mismo de los estatutos y reglamentos internos de su partido y a exigir y a presionar –en la calle, incluso- por la dimsion de sus actuales dirigentes y por la celebración de un Congreso Nacional Extraordinario en los términos que me he tomado la libertad de sugerirles.

El resto, esa ámplia mayoría que nos somos del PP, tenemos la obligación ineludible de seguir exigiendo dimisiones, regeneraciones morales y reconstrucciones democráticas urgentes de nuestras elites dirigentes y del país que tanto contribuyeron a arruinar, el nuestro.

Al igual que les pasa a ustedes, no tengo la menor certeza que la gente del PP quiera y pueda imponer esa fórmula congresual  como manera democrática de salir del hoyo.

Pero sí tengo cierta esperanza de que la oposición de izquierda maneje este tema con inteligencia y sentido estratégico, garantizando que el legitimo acoso a Rajoy no dé como resultado pasar de malaga a malagon, pues sabido es que casi todo lo que puede empeorar , empeora, y que hay al acecho tipos y tipas respecto a los cuales  Rajoy sería un demócrata ejemplar o un socialdemócrata moderado.

Nos entendemos.


*Exsecretario general de la USO.





Brasil, la locomotora de nuestra
esperanza Iberoamericana


Por  Manuel Zaguirre*



En las últimas semanas Brasil ha saltado a la palestra. Imponentes manifestaciones, más o menos espontaneas o sin convocantes definidos, con brotes violentos en algunos casos, han recorrido el centro de una veintena de ciudades emblemáticas. Las manifestaciones parecían tener un único denominador común detonante: La protesta contra el alto coste del transporte público y las intenciones  de diversas autoridades estatales, de Estados federados, de elevarlo aun más.

Poco después de iniciada la marea, y de ir tomando impulso y extensión, se sumaron otros móviles al del coste del transporte: La calidad y cobertura de los servicios públicos, la denuncia de la corrupción, el derroche que comportan los fastos futbolísticos y olímpicos del 2014 y el 2016, en contraste con los altos índices de desigualdad social extrema que aún persisten en Brasil, la pérdida del valor integral del Trabajo, etc.

Desde España, y en cierta medida desde Europa, las voces habituales se han apresurado a enjuiciar los problemas y acontecimientos de Brasil con el prisma de los de aquí. Incluso, los movilizacionistas a ultranza de aquí –los de la indignación y la  rebeldía legítimas y, al mismo tiempo, la desorganización que las esterilizan- han venido a decir que lo de Brasil es una proyección de lo que sucede aquí… Cuanto ensimismamiento y cuanto eurocentrismo nos queda todavía por evacuar para poder entender lo que pasa por ahí y, sobre todo, lo que nos pasa a nosotros.

Por ello, me ha parecido oportuno verter algunas reflexiones sobre la naturaleza del proceso que vive Brasil y de la enorme importancia que el mismo tiene para nosotros en perspectiva de futuro. Y hacerlo ahora que han amainado las movilizaciones y que se celebró, con desigual resultado, la Jornada de Acción del pasado 11 de Julio convocada, entre otros, por todo el espectro sindical brasileño, con la CUT (Central Única de Trabajadores) al frente; la central promovida por Lula hace ya tres décadas largas, y próxima al PT (Partido de los Trabajadores) que, como todo el mundo sabe, es el partido que ejerce la gobernación de ese inmenso Estado Federal.

El objeto de las reflexiones que siguen es doble:

1)    Probar que la simetría entre el Brasil de hoy y la España y la Europa, de hoy también, es prácticamente ninguna.

2)    Llamar la atención sobre la enorme potencialidad de presente y de futuro que tiene Brasil y el interés que debiera merecernos a españoles, portugueses, otros europeos diversos y, por supuesto, a todos los latinoamericanos.


Vamos allá:




Un gigante en marcha

·       Con sus 9 millones de kilómetros cuadrados, Brasil supone casi el 50% de la extensión territorial de toda América del Sur, y el 5º mayor país del mundo. Le cabe entera la Unión Europea y más, y unas 25 Españas.

·       Allí, en la Amazonia, se produce una gran parte del oxigeno que consumimos la Humanidad, está la mayor reserva de agua dulce del planeta –el acuífero guaraní-, las mayores plantas de producción hidroeléctrica y un sinfín de materias primas y recursos estratégicos. Todo ello en un país con una población de 193 millones de personas que no viven apelotonados, ni mucho menos.

·       Allí casi todo es “lo más grande del mundo” en el imaginario popular y en los hechos reales.

·       Algunas otras magnitudes esenciales demuestran que el gigante está bien aseadito:

-         Está entre la 6ª y 7ª potencia económica del mundo con un PIB en torno a los 2,40  billones de dólares.

-         Dicho PIB ha venido creciendo a una media en torno al 4,5% anual en las últimas dos décadas; para el 2013 ese crecimiento se estima en el 5%.

-         La renta per cápita es de 12.000 dólares; esta es una verdad estadística, es decir, una mentira notable dada la desigualdad social extrema y los profundos desequilibrios inter-regionales que caracterizan a Brasil.

-         La tensión inflacionaria se sitúa en los márgenes del 4%, algo muy meritorio teniendo en cuenta el recalentamiento perpetuo de una macro-economía en crecimiento sostenido durante un largo periodo.

-         El desempleo se mueve en la banda del 4,5 al 5%; otro dato  matizable si reparamos en los altos índices de exclusión, precariedad y terciarización laboral que no refleja fielmente la estadística.

-         Este vastísimo territorio se vertebra en un modelo de Estado Federal, con 26 Estados federados y 1 distrito federal que se corresponde con la capital nacional, Brasilia.

·       En términos cualitativos, Brasil goza de una gran cohesión nacional, pese al carácter federal de su Estado –o tal vez a causa de ello- y al crisol infinito de etnias multicolores de su población.

·       Tal vez esto último sea uno de los mayores potenciales de Brasil: Sus recursos humanos, la juventud, dinamismo, entusiasmo  vital, de sus valiosos y abundantes recursos humanos (la pirámide demográfica de Brasil es claramente expansiva; nada que ver con la española o europea).




·       Tal vez fue Jorge Amado, el insigne escritor y poeta nacional brasileño, quien mejor definió esa realidad y potencialidad del Brasil humano, cuando escribió:

“El mestizaje convirtió a Brasil en un inmenso lecho de amor en el que se mezclaron sangres, dioses, ritmos y gustos para formar un pueblo de inmensa dulzura, de una cordialidad poco vulgar, pacífico, inteligente a más no poder, con un extraordinario don para la creación artística. Un pueblo que puede ser ejemplo de amor a la paz y de resistencia a la miseria”.

·       Y, para que no le falte de nada, Brasil tiene un gobierno nacional o federal, como quieran, de izquierdas; así, como suena. De izquierda real, no de esa que se la pasa diciendo no a todo -muchas veces desde el sofá del salón- mientras la derecha hace y deshace a su antojo desde el poder, real también.

Lula, el gran salto adelante
·       Obviamente, el Brasil contemporáneo no arranca con Lula; viene de antes. Pero es indiscutible que el gran momento de inflexión, el gran salto adelante, lo marca la victoria de Luiz Inacio Da Silva, Lula, un obrero metalúrgico, negro, de humildísimo origen social en las periferias de Sao Paulo… que en 2003, al frente del PT (Partido de los Trabajadores), que fundara años antes, fue elegido Presidente de la República Federativa de Brasil con el mayor número de votos en una elección directa en la historia de las democracias: casi 60 millones de sufragios.

·       Las políticas y prioridades estratégicas de Lula y sus gobiernos en los dos mandatos que ejerció el poder, 2004 a 2012, supusieron un fortísimo impulso al desarrollo del país pero, al mismo tiempo, generaron contradicciones y limitaciones que son la causa objetiva del malestar de fondo que expresan las recientes movilizaciones extendidas por casi todo el país y que culminaron en la Jornada del pasado 11 de Julio. Veamos:

-         Lula comprendió enseguida el escenario latinoamericano y mundial en el que debía insertar la gobernación de Brasil. Por ello, las coordenadas geopolíticas y económicas orientaron una intensa acción nacional e internacional desde el primer momento:

1)      Presencia en Davos sin complejos, hablando de tú a las elites mundiales del peor capitalismo en nombre de su propio proyecto, el de Brasil, y no como títere del neo-liberalismo rampante.

2)      Apoyo a tope al Foro Social Mundial de Porto Alegre, como contrapunto inequívoco a lo anterior.

3)      Apoyo estratégico al proyecto de integración latinoamericana a partir de su primera expresión, MERCOSUR.

4)      Fomento de un cambio en la fisonomía socio-politica latinoamericana; para políticas más sociales y menos neo-liberales son necesarios partidos, sindicatos y gobiernos nacionales más progresistas y democráticos… como en Brasil.

5)      Inserción en los escenarios internacionales globales, económicos, políticos e institucionales, en base al reclamo de la fuerte potencialidad  de crecimiento de Brasil como destino inversor. Incentivado ese reclamo, además, con unas políticas espectaculares de lucha contra la pobreza y la exclusión, llamadas a ensanchar un mercado interno y una capacidad de consumo ya de por  sí  muy grandes.

6)      Políticas fiscales progresivas y flexibles, a la vez, al servicio de ese doble objetivo estratégico: Combate local contra la pobreza y la exclusión y convocatoria a la inversión internacional a ese “inmenso lecho de amor”,  también  de rentabilidades y beneficios… pero todo bajo la égida de un fortísimo poder político puesto al servicio de un inmenso país ávido de crecer para y con su gente, no sólo y exclusivamente con sus inversores internacionales.

·       Sin la menor duda, Lula, en su periodo de gobierno logró varias cosas:

1)      Reducir notablemente la tasa de pobreza y exclusión con la incorporación a niveles básicos de consumo y demanda interna de unos 15 millones de brasileños, en torno a la mitad del total.

2)      Un importante saneamiento de las coordenadas macroeconómicas y las balanzas fiscales, con fuerte impacto en los sectores medios de la población, es decir, segmentos de la clase trabajadora y la pequeña burguesía y empresariado urbanos.

3)      Una indudable contribución, por acción directa y efecto de contagio, a una mayor cohesión latinoamericana más allá de MERCOSUR, y a la presencia de gobiernos mayoritariamente progresistas en la región.

4)      Colocar a Brasil en la escena internacional como una de las potencias emergentes más solidas y solventes, y a su PIB como el 6º o 7º del mundo en importancia. Palabras mayores. Tanto es así que la sigla que identifica a esas potencias emergentes –las BRICS- empieza con la “B” de Brasil y sigue con las del resto: Rusia, India, China, Corea del Sur y Sudafrica. Yo añadiría en favor de Brasil que, además de los factores cuantitativos, hay factores cualitativos como la cohesión nacional y el respeto básico  por la Democracia y los Derechos Humanos, por los que Brasil es líder de esos BRICS.

·       Reflejo de todo lo anterior, y despedida de Lula del poder, ¿hasta cuándo?, fue el doble éxito para Brasil de organizar el Campeonato Mundial de Futbol del 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Dos eventos enormemente dinamizadores de la economía y el empleo, de beneficios fabulosos y de aumento del prestigio internacional.

·       No obstante tanta luz, el mandato de Lula arrojó sombras que resumo en cuatro:

1)      El aumento notable de la corrupción, el enchufismo, el nepotismo partidario, el engorde artificial y mastodóntico de instituciones y parlamentos, fruto de la concentración de poder federal y estatal en manos del PT y del fuerte desarrollismo que generan las políticas y los estímulos inversores.




2)      Precarización y terciarización laboral como cruz de la moneda del desarrollismo.

3)      El malestar creciente en amplios  sectores medios que no perciben los beneficios del desarrollismo dadas las limitaciones redistributivas del mismo. Ese malestar crece y se hace explícito hasta comprometer la reelecion de Lula para su segundo periodo de gobierno, 2008-2012; lo logra pero con un resultado más apretado que en el primer periodo.

4)      Fortísimo impacto ecológico del desarrollismo, tanto en la Amazonia como en vastas extensiones agrarias de cultivos sojeros y transgénicos exhaustivos.

·       Dilma Russeff, actual Presidenta de Brasil, hereda las luces y sombras de Lula. Pero lo que no hereda es su carisma popular, su autoridad y ascendiente sobre esa maquinaria fabulosa que es el PT, el afecto y  respeto que Lula tiene entre el poderosísimo Movimiento Sindical y los Movimientos Sociales brasileños, ni su prestigio en los ámbitos latinoamericano e internacional.

·       Dilma Russeff hereda, además, sin solución de continuidad, la implementación de los macro-desafíos que suponen el Mundial de Futbol y las Olimpiadas. Es cierto que se trata de escaparates fabulosos y fuertemente dinamizadores como hemos visto. Pero son, también, escaparates envenenados que producen perjuicios graves en sectores de la población, como expropiaciones, desalojos masivos y otros, y una sensación de derroche y especulación.

·       De esa acumulación de factores y desequilibrios antedichos, que tienen su detonante inmediato en la implementación del futbol y las olimpiadas, se derivan las movilizaciones in crescendo que se producen en Brasil semanas atrás.

Crecimiento económico con redistribución social
·       Una interpretación somera, y tal vez abusiva, sería que las movilizaciones contestaban un modelo de desarrollo inconcluso y obstruido a efectos redistributivos a los ojos, y el bolsillo, de esas capas medias de la población. Dicho con una imagen más coloquial: Al traje del fabuloso desarrollo económico de Brasil le han empezado a saltar las costuras  propias de un desarrollo social insuficiente y deficiente.

·       No es casual que las manifestaciones hayan tenido un ámbito exclusivamente urbano y una reivindicación detonante típicamente urbana también: el alto coste del transporte público y las previsiones de aumento de un servicio caro, deficiente, incomodo, de limitada cobertura… e imprescindible para esos sectores medios de las grandes urbes brasileñas.

·       Bien es cierto que, a esa primera reivindicación sobre el precio del transporte, se sumaron enseguida otras de similar naturaleza sobre  la escasa calidad y cobertura de servicios públicos vitales como la sanidad y la educación, o el agudo problema de la vivienda en un país en el que la demanda desborda ampliamente a la oferta. También la denuncia de la corrupción y la desigualdad endémica y extrema, se incorporaron enseguida a la agenda de los manifestantes.




·       Es decir, y esta es una diferencia radical con lo que sucede en España o en buena parte de la Unión Europea, el movimiento reivindicativo en Brasil tiene un carácter eminentemente ofensivo y de progreso: “Reclamamos un traje social en el que nos sintamos cómodos, con arreglo al traje económico y financiero en el que se sienten comodísimos los sectores de elite y también, aunque en menor medida, los sectores sociales más bajos favorecidos por las políticas de subsidios contra la pobreza y la exclusión…”, parecían decir con nitidez los centenares de miles de personas que participaron en las movilizaciones.

·       O sea, la clase trabajadora y las capas medias no se movilizaron para defender lo poco que les queda, como aquí, sino para participar en forma mucho más justa y progresiva de este inmenso festín que es Brasil.

·       A diferencia de lo que sucede aquí, el gobierno de Brasil no se encastilla en políticas suicidas de austeridad ni hace oídos sordos  a las demandas de la calle. Con todo el retraso que se quiera, y teniendo en cuenta la descentralización y diversificación ideológica del poder en un Estado federal, que eso es Brasil, la Presidenta Dilma Russeff confirmó la estrategia de crecimiento económico y redistribución social, progresión de la fiscalidad, lucha contra la corrupción y contra la pobreza y por el acortamiento de las agudas desigualdades que aún persisten. Y confirma programas inversores mastodónticos en carreteras y trenes –dar alas al crecimiento- y en vivienda, educación y sanidad –dar destino más justo al crecimiento-. Un pequeño dato de todo esto llegó hasta España: Brasil busca 7000 médicos en nuestro país, con un contrato multianual y una retribución mensual en torno a los 3500 euros.

·       No es casual, por lo tanto, que Dilma Russeff mantenga pese a todo niveles de aceptación popular próximos al 60%. ¿Cuántos mandatarios españoles o europeos pueden exhibir esas políticas y esos apoyos?.

·       Asímismo, a diferencia de lo que ocurre por aquí, las organizaciones políticas y sindicales brasileñas han jugado un rol pese a no haber previsto movilizaciones espontaneistas y autoconvocadas. El PT no ha sido el típico partido oficialista, atrincherado y acobardado tras el poder, como aquí,. Ha mediado, opinado, reclamado, recogido la naturaleza  de las reivindicaciones populares para influir en las instancias  de poder. Algo así han hecho otras fuerzas progresistas que ejercen el poder en diversos Estados federados. Cierto que otros han querido meter la cuchara en las movilizaciones como forma de desgastar el sólido prestigio de Dilma Russeff, de sus políticas y su gobierno. Algunos, incluso, han ensayado sin éxito aplicar la violencia a las movilizaciones, supuestamente para radicalizarlas y realmente para deslegitimarlas y aislarlas de las amplias mayorías.

·       El Movimiento Sindical brasileño, liderado por la CUT, Força Sindical, UGT y la CNPL, la poderosa organización de los profesionales y autónomos, tan fuerte como atomizado a nivel organizativo, ha hecho propias las movilizaciones y las reivindicaciones populares, bien es cierto que con algo de retraso y lentitud, queriendo contribuir a unificarlas y darles así mayor fuerza en tanto que esas reivindicaciones son la base de la apuesta estratégica del propio Movimiento Sindical: Un Brasil que equilibre la calidad e intensidad del crecimiento económico con los imperativos ambientales y de redistribución social, sin los cuales el propio crecimiento o se colapsa y deviene recesión y regresión social o mero desarrollismo autodestructivo.




Hasta aquí una breve aproximación a la magnífica realidad y potencialidad, de hoy y de futuro, de Brasil. Ambas se han vistos sorprendidas e interpeladas por las importantes movilizaciones de Junio, que no desmerecemos como aviso pero no debemos sublimar tampoco como síntoma febril de fondo. En los momentos más álgidos de la protesta se habló de un millón  de manifestantes en unas veinte ciudades punteras de Brasil; un país, recuerden, con 193 millones de habitantes. Pero, al margen de especulaciones estériles, lo importante es que la tendencial histórica de Brasil no se tuerza y que sus actores fundamentales –sociales, políticos, sindicales, culturales, económicos, etc.-   no la malogren con errores y estrecheces de planteamiento y perspectiva.  Hay mucho en juego. Aunque, como se dice por allí, Brasil es indestructible pero sus elites han sido muy tenaces en el intento a lo largo de la historia de uno de los países “mais grandes do mundo”.


Construir y liderar un bloque iberoamericano alternativo a esta globalización

Para concluir, unas someras reflexiones sobre el título de estas líneas, es decir, sobre la importancia decisiva de Brasil para la vasta comunidad iberoamericana –América Latina más Portugal y España- y en no poca medida para toda la Europa del Sur.

Cabría pensar que hay  oportunismo en esta formulación: Arrimémonos a esta hermosa potencia emergente que es Brasil,  y por extensión toda América Latina, pues Portugal y España se caen a pedazos, en buena medida porque la Unión Europea naufraga por agotamiento de su proyecto histórico –eficiencia económica para la  justicia social- ante la ofensiva de la globalización ultraliberal de un capitalismo toxico y especulativo.

Pues no, no hay oportunismo alguno por mi parte. Desde muy temprano, mi trayectoria militante ha estado determinada por una fuerte impronta clasista, solidaria e internacionalista, concretada en el triple ámbito de la construcción de una América Latina integrada y de una Unión Europea integrada también, ambas sobre valores y proyectos históricos comunes. Y en la perspectiva, a su vez, de una integración estratégica de ambos continentes: El proyecto Euro-Latinoamericano  como contrapeso decisivo a un modelo de globalización ultraliberal y capitalista que se manifiesta con toda su agresividad y arrogancia desestabilizadora del escenario mundial tras la caída del bloque soviético a finales de los 80 y principios de los 90.

Mi posicionamiento en la CMT, en la relación siempre preferente y estratégica con la CLAT, en el empeño por una CES en esa misma perspectiva, pese a estúpidos sectarismos, el más reciente proceso de unidad sindical internacional con la constitución de la CSI a nivel mundial y de la CSA en las Américas… han estado siempre orientados en esa triple perspectiva que es en sí misma una mirada alternativa a la globalización imperante:

1)    Integración de América Latina, con la fuerza que supone integrar países emergentes tan importantes como Argentina, Colombia, Venezuela, Méjico, Chile, Bolivia, Perú, además de Brasil, claro.

2)    Culminación socio-política e institucional de la Unión Europea para que ésta no sea sólo una casa monetaria y mercantil sin techo democrático.

3)    Alianza estratégica entre América Latina, la deseable Comunidad Latinoamericana Caribeña de Naciones, y una Unión Europea plena.




Cierto que esa triple perspectiva, con el inicio del siglo, se ve acosada en su flanco europeo por el neo-liberalismo global y sus secuelas de especulación financiera e insolidaridad social. No es menos cierto que, a sensu contrario, América Latina crece, combate la injusticia y la pobreza, afirma progresivamente su soberanía e integración. Si Europa  es un inevitable reflejo de su avanzada edad, América Latina, con Brasil al frente, es el joven  continente del futuro.

En todo caso, desde el lado hispano-luso, sureuropeo o europeo de conjunto, no hay grandes márgenes para el optimismo histórico, si bien luchamos y hemos de seguir haciéndolo por ensanchar esos márgenes, pues no podemos dejar de ser europeos, siquiera sea por razones geográficas…

Pero lo que hemos de ensanchar, sobre todo, es nuestra mirada iberoamericana respecto a una Europa norteña y enriquecida, que no rica, que nos desprecia porque nos desconoce. Desconoce nuestras lenguas, nuestras culturas, nuestra alma, y no comparte ni remotamente nuestra sangre… Y por ello nos quieren asignar, vía austeridad destructiva de lo mejor de nuestros países, un papel subsidiario de fabricantes de paellas, tapas y sol –y sus equivalentes en Portugal, Grecia o Italia- para que esa Europa enriquecida y norteña se refocile en vacaciones con todo aquello que ignora y desprecia el resto del año.

Yo creo que esas ignorancias y desencuentros de sensibilidades, lenguas y culturas, hacen inviables Uniones de verdad. A lo sumo, uniones mercantiles y de intereses cortos.

Por el contrario, en el ámbito iberoamericano tenemos superávit de esos factores subjetivos y humanistas de encuentro, aparte el hecho aquí descrito de que en el lado americano de ese ámbito hay abundancia de recursos, territorio, juventud, ganas de vivir y de construir el presente y el futuro con soberanía y libertad.

No hace mucho yo expuse esa mirada iberoamericana en sendas conferencias. Una en Lisboa y otra en Bogotá, en Febrero y Noviembre del 2012 respectivamente. Propuse sin ambages un proyecto de confederalidad fuerte entre Portugal y España para proyectarnos unidos, con decisión histórica, sin arrogancia alguna, no hay caso, todo lo contrario, hacia América Latina-Caribe, a través de reforzar relaciones con países de fuertes afinidades y proximidades históricas, empezando por Brasil.   “Seamos geográfica y mercantilmente europeos, no hay más remedio; pero seamos substancialmente iberoamericanos como proyecto apasionante de hoy para mañana…”, vine a decir en esas conferencias.

Para mi sorpresa, nadie me tachó de loco o ilusorio.  Mucho menos los amigos portugueses. Tal vez por ello escribí estas líneas sobre la esperanzadora importancia de Brasil.

En todo caso, concluyo con algo que dije en esas conferencias y en ocasiones anteriores desde hace muchos años: Si es usted español, italiano, francés, griego, o de cualquier nacionalidad latinoamericana, mi consejo es que aprenda cuanto antes portugués –a poder ser con la musicalidad brasilera-. Les será mucho más útil en un futuro próximo que el inglés y que, incluso, el chino. Si lo sabrán los miles de muchachos y muchachas españoles que toman cada día el camino de Brasil, adelantándose por imperativos de supervivencia  a esta gran esperanza iberoamericana.


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(*) Ex Secretario General de la USO

(Julio 2013)