jueves, 13 de junio de 2019

VISTO  PARA  SENTENCIA.

He seguido con interés las dos jornadas finales del juicio a los secesionistas en el Supremo. He escrito sobre ello y vuelvo a hacerlo a unas horas de que se apaguen las luces, caiga el telón y los jueces se dispongan a construir una sentencia que es como un campo de minas en lo jurídico y en lo político, aunque esto último no debe estar, creo yo, en el horizonte de los magistrados.

En esta última jornada el protagonismo total, con absoluta libertad y disposición de tiempo, ha estado a cargo de los abogados defensores y los acusados, que han utilizado todos ellos el derecho a la última palabra. Me ha llamado la atención, por ejemplo, que Jordi Sánchez de alguna manera haya equiparado su pensamiento y actuación a la de Sócrates, que el otro Jordi, Cuixart, insistiera en que lo volvería a hacer, que Oriol Junqueras apelara a encarrilar el conflicto y su salida en la política y en las instituciones, (que bueno sería que te hicieran caso los de Puigdemont y una buena parte de los tuyos, Oriol), o el ejercicio de autocrítica de Santi Vila, el único que se ha oido en estos cuatro meses de juicio, y su defensa de España como un Estado democrático y de derecho, con la misma grandeza e imperfecciones de cualquiera otro de nuestro entorno europeo.

En cuanto Manuel Marchena cerró con el "visto para sentencia, abandonen la sala", desconecté con TV3, abandoné mi salita y me encaminé a la Plaza de Catalunya, donde había convocada una concentración de oficio. Lo habitual: los eslóganes manidos, gente pero sin agobios, ambiente prevacacional más que épico, tenderetes con marchandises de lo más versatil, a la vista de las cuales rememoré aquello de "catalunya es más que un club", voluntarios con huchas pues el combate contra el Estado español represivo y opresor es caro. Desde un enorme escenario atronaban consignas e imágenes, y leían un manifiesto modélico en lo tocante a su nivel de sectarismo. Tras el manifiesto, leyeron con énfasis los firmantes del mismo y convocantes de la concentración, todo ello por riguroso orden alfabético. La lista de firmantes y convocantes la cerraba UGT, porque empieza con u. Es lo que hay.

Ahora que el juicio va camino de sentencia en el Supremo y me temo que del Tribual Constitucional y el de Estrasburgo, sintetizo algunas impresiones y sensaciones:

... Reitero que el proceso de instrucción fue torpe y erróneo desde el primer minuto, reduciendo al mínimo el margen de los fiscales del Supremo -ya de por sí muy autolimitado- y dió al secesionismo unos réditos de victimismo que es lo mejor que tienen. Cierto que la fuga de Puigdemont y otros casi imponía la prisión preventiva a los que  no se fugaron, como ellos mismos reconocen en privado.

... Por contra de lo anterior, afirmo que el juicio ha sido ejemplar, con garantías plenas, transparencia, transmisión en directo en las televisiones nacional y autonómica. Por este lado no hay la menor posibilidad de que el secesionismo y acompañantes se columpien.

... Me temo que se harán quinielas sobre los años que le van a caer a cada cual. No entraré en ese ejercicio siniestro. Opino simplemente que una sentencia con penas de más de dos dígitos por rebelión tendrá muy dificil pasar el visto bueno de nuestro Constitucional y, mucho menos, del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Palabras mayores. Del mismo modo afirmo que una sentencia absolutoria o casi sería un escándalo mayúsculo, pues los líderes secesionistas juzgados no lo han sido por robar una cartera en el metro de Barcelona; fue bastante más serio que eso lo que hicieron en Septiembre y Octubre del 2017.

... Abundando en lo anterior, no creo que sea posible  un buen arreglo, mucho menos una solución, si los secesionistas no reconocen que delinquieron, en la medida que quien debe determine, y que se comprometan a no empecinarse.

... En relación a eso, no abrigo grandes esperanzas. Varios acusados, el guarda jurado que han puesto en la Generalitat, Torra, y los concentrados ayer en la Plaza de Catalunya, insistieron en que "lo volveremos a hacer, lo volveremos a hacer". Muy bien, pero deben saber que con ello legitiman y dan razón -qué horror- el "lo volveremos a hacer" de signo opuesto, es decir, que el 155 se deba aplicar ya y sine die. Piénsenlo, conciudadanos secesionistas, y les reitero que es mejor un buen arreglo posible que una mala solución imposible.

... Por último, me hago cruces ante el axioma secesionista de que el derecho de secesión -de autodeterminación lo llaman ellos- está por encima de la unidad de España por muy constitucional que sea ésta. Planteenlo en Francia, Alemania, Italia, Argentina o los USA, por citar algunos paises proximos, e intenten llevarlo adelante como lo intentaron aquí, y volverían a intentarlo al parecer, y verán la que les cae. Seriedad y solidaridad frente a delirio y egoismo, es la única forma que tenemos de salir adelante juntos. En Catalunya, en España, en Europa... que diría Junqueras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario