viernes, 7 de junio de 2019

BAILEMOS  UN VALS  CON  VALLS ... LA  ALCALDÍA  DE  BARCELONA  BIEN  LO  MERECE.

Pero qué hermoso es el poder. Como despeja las mentes, como flexibiliza los principios, como pragmatiza las opciones, como te hace descubrir la realidad antes de que la realidad te descubra y te pille a tí ... Viva el poder que es mucho más práctico y erotizante que el querer ... y además, a modo de cuerno de la abundancia, te da practicamente todo lo que le pides, máxime cuando el poder se llama la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, la segunda ciudad de España y una de las más importantes de Europa, con un presupuesto de miles de millones de euros.

Viene esto a cuento porque acabo de leer que unos 500 aguerridos activistas, que se salen por la izquierda, pertenecientes al partido de Ada Colau, alcaldesa en funciones de Barcelona, le han pedido enfervorizados que presente su candidatura para seguir siendo alcaldesa, es decir, que acepte los votos del PSC y, como mínimo, 3 de Valls, con lo cual sumarían 21 y, dan por supuesto, que con esa mayoría la Colau sigue en la alcaldía otros cuatro años ... Ole.

Al PSC la Colau lo expulsó del gobierno  de la ciudad con la excusa de que había apoyado la aplicación del famoso 155, cuando todo el mundo sabía que nadie como Iceta se fajó para evitar la locura que provocó el 155 y el 155 mismo. Y en cuanto a Valls, para estos aguerridos izquierdistas, era hasta hace un rato el eje de todos los males universales, no en balde era la marca blanca de Rivera, Arrimadas y otros capitostes de Cs.

Nada nuevo bajo el sol, ninguna sorpresa posible: para acceder al poder, para mantenerlo o ampliarlo, vale practicamente todo y quedan justificadas todas las piruetas por extravagantes que parezcan. Es la dualidad de la política en Democracia: Antes de las elecciones hay que mirar con decisión al cielo y después de ellas, pues hay que pegarse al suelo y al subsuelo si hiciera falta. Es así y no hago juicios, por ahora.

Dando de lado a la deliberada coñita y al causticismo al que no pienso renunciar, quiero decir lo que pienso como ciudadano de Barcelona -y de Catalunya y de España- y como socialista irrelevante:

1)  Un Ayuntamiento gobernado por los Comunes y el PSC, con el apoyo estable de los tres o más concejales que lidera Valls, es infinitamente mejor que el que reclamaban los Comunes hasta hace unas horas, es decir,  poner al frente de la capital de Catalunya a un tránsfuga que tiene que estar demostrando cada día la fe del converso al secesionismo más sectario. Aparte el hecho que arrojar Barcelona a la trituradora del secesionismo es una operación de altísimo riesgo, además de totalmente antidemocrática pues esa aventura no es mayoritaria en la ciudad ni de lejos, por mucho que se empeñe esa divertida portavoz secesionista en retorcer la aritmética y provocar un ataque de risa universal.

2)  Creo que, frente al giro súbito de Colau y los suyos al calorcillo del poder, el PSC debe exigir que se negocie y se acuerde un programa de gobierno para los proximos cuatro años. Me parece imperativo. No hacerlo es alimentar esa imagen de que el poder es una finalidad en sí mismo al márgen de todo compromiso programático. Y eso es malo para un partido serio como el PSC. Y, lo que es más grave, sin ese sólido programa común de gobierno la mayoría puede irse al garete en cualquier momento habida cuenta el caracter probadamente errático de los Comunes, su variopinta composición interna y las tormentas que se avecinan que, inevitablemente, estremecerán los cimientos mismos de esa coalición. Es al PSC, obviamente, a quien más interesa ese programa común porque es quien más arriesga y compromete en esa coalición. A Ada Colau la trae al fresco, pues no perdería la alcaldía aunque naufragara el gobierno conjunto; ya ha demostrado más apego al cargo que al buen gobierno de la ciudad y de sus sectores más desfavorecidos. Además, y esa es una tarea que atañe al PSC sobre todo, sería bueno que la gente de Valls metiera algo de cuchara en el dichoso programa. Van a dar gratis la alcaldía a Colau, que tiene bemoles,  pero seguir apoyando el buen y estable gobierno de la ciudad de Barcelona requeriría de una básica corresponsabilidad y apoyo. En fin, ustedes verán.

3)  Por último, a nadie se le escapa que la operación en curso en Barcelona pone de los nervios a la dirección de Cs que alienta una política de alianzas diametralmente opuesta y orientada a la derecha incluyendo la más extrema. La audacia de Valls no hay que ser muy agudo, yo no lo soy nada, para darse cuenta que se proyecta mucho más allá del ámbito de Barcelona; me atrevería a decir que aspira a abrirse un espacio en Catalunya, España y Europa. Un espacio en el área del centro liberal del que Cs  creo que desertó hace rato... Si lo de Barcelona sale bien y en Madrid, por ejemplo, la extrema derecha de VOX toca poder real con la complicidad de Cs, les aseguro que la "operación Valls" toma un impulso insospechado.

Madre mía, que charada endiablada. Pero bueno, ya queda menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario