martes, 11 de junio de 2019

PERDÓNALOS,  WILLIAM  FAULKNER,  PORQUE  NO  SABEN  LO  QUE  HACEN.

"Amanece que no es poco" es una joya del cine español, una obra maestra de un manchego medio murciano, José Luis Cuerda, con talento y socarronería a espuertas. La película, tantas veces vista pues era de culto en casa, siempre pensé que era una metáfora de España, surrealista y descabellada en apariencia, pero una metáfora desternillante, lúcida y amorosa, de esa España nuestra con un subconsciente absolutamente rural desde el que se proyecta a la modernidad, la democracia, la escena  internacional. España nunca se deshará del todo del pelo de la dehesa, siempre será un país de pueblo, viene a decir la metafórica película. Afortunadamente, añadiría yo.

Enseguida verán porque arranco con esto: Esta mañana temprano caía agua abundante y buena sobre Barcelona, y la temperatura bajó 10 o 12 grados, no tenía médico hasta la tarde y empezaba hoy el informe de los abogados defensores de los líderes secesionistas que están siendo juzgados en el Tribunal Supremo. O sea, que había razones múltiples y de peso para quedarse en casa y seguir el final de este juicio clave en nuestra vida nacional.

Resolví algunas urgencias domésticas y me apalanqué ante el televisor (TV3 transmite en vivo y en directo el juicio desde el primer minuto). Alcancé a oir el cierre de la intervención de uno de los defensores, Andreu Van den Eynde. No puedo estar más de acuerdo con él pues expresó el deseo de que el juicio, y la sentencia absolutoria se sobreentiende, contribuya a la solución del conflicto. Aunque no depende sólo de los jueces, añado yo.

Y vino a continuación un plato fuerte: Xavier Melero, con soltura y brillantez (haciendo honor a su apellido, estuvo meloso y zalamero con esa sala del Tribunal Supremo), se dispuso a enfocar la defensa de sus  dos clientes. Le fui prestando más y más atención según se adentraba en el entramado jurídico-político sobre el que quería sostener sus alegatos. Mi asombro fue en ascenso progresivo. Con desparpajo y garbo, Melero se comió lo de la desobediencia y algún otro marrón menor. No perdamos tiempo ni energías con las minucias obvias, excelsas señorías, vino a decir.

Y pasó a los marrones de verdad, a los de rebelión y/o sedición, a los que pueden costar hasta 25 años de cárcel. Ya mi asombro se desbordó. Sin cortarse un pelo le dijo al Tribunal que sus defendidos son inocentes porque ni respetaron sus propias decisiones y resoluciones en relación al proceso secesionista. Cómo van a ser culpables de algo que ni aplicaron ni en lo que creyeron nunca, vino a decir. A lo sumo, son unos muchachos y muchachas un tanto irresponsables, alocados, mentirosillos, que le han tomado el pelo a tirios y troyanos ... pero eso no es delito penal, señorías, son poco menos que pecadillos de juventud

Aunque parezca mentira esa fue la construcción jurídico-política de Xavier Melero; obviamente, no lo hizo con mi lenguaje, sino con el suyo de abogado de reconocido prestigio, pero las ideas son las que acabo de verter.

La prueba de ello es como cerró su informe. Echó mano de un filme surrealista , "Amanece que no es poco", ¿recuerdan?, y evocó al guardia civil del imaginario serrano pueblo manchego (interpretado por el genial cómico catalán Sazatornil, Saza), cuando proclamaba que lo único que estaba castigado en ese pueblo era hablar mal de William Faulkner, por el que el pueblo sentía adoración. "Ojalá que este juicio sirva para que en España no haya más conflictos que los derivados de hablar mal de William Faulkner ..." , concluyó Xavier Melero, y creo memorizarlo casi literalmente.

Mañana mismo, o el jueves a lo sumo, el juicio quedará visto para sentencia, y las escuadras secesionistas y sus referentes partidarios ya han convocado algaradas en toda Catalunya, "por la libertad de los presos políticos, la república, contra el estado opresor, etc."

Estuvo usted muy bien, letrado Melero, pero cuando despierte el dinosaurio y el "procés" seguirán ahí.

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