A los militantes del Partido
Popular:
CONSTITUYANSE EN CONGRESO
NACIONAL EXTRAORDINARIO Y BARRAN TODA ESTA MUGRE…
POR ESPAÑA, COMO A USTEDES
LES GUSTA DECIR…
Por
Manuel Zaguirre*
He
sostenido hasta la saciedad que una salida real y realista a la crisis-estafa
que nos asola desde hace amargos años, requiere imperativamente y sin demora la
regeneración y reconstrucción democrática de España. Y que, en esa dirección y
para empezar, la abdicación del Rey y la refundación de los dos grandes
partidos políticos nacionales , sobre nuevas bases y con nuevas caras decentes
y no contaminadas por la corrupción… son factores inaplazables e innegociables
para avanzar hacia ese horizonte de regeneración y
reconstrucción integral de nuestro país.
Cierto
que, después de esos dos grandes factores para un nuevo comienzo, habría que
acometer otros retos urgentes: una moratoria unilateral de la parte más injusta
y especulativa de la deuda que
estrangula nuestra economía y destruye nuestro Estado Social, la
nacionalización de una parte del sector financiero como clave para la
reactivación de la economía real, una
reforma y actualización constitucional, que incluyera el refrendo de la forma
de Estado y una articulación federal y solidaria de España… y así un largo
etcétera. Pero bueno, esto sería tema de otro artículo sobre la hoja de ruta
integral para sacar a nuestro país del hoyo –economico, político y moral- en el
que lo han metido tantos indeseables, impunemente hasta el momento.
Quiero
referirme ahora a la necesidad urgente, para anteayer mejor que para mañana, de
que el Partido Popular (PP) asuma su responsabilidad histórica en tanto que
primer partido del país y, en consecuencia, partido del Gobierno de España, de
la mayoría de comunidades autónomas y de centenares de ciudades y pueblos…
Mes
estoy refiriendo al PP en la acepción más ámplia, es decir, a sus millones de
votantes –o los que le queden desde el
2011-, a sus decenas de miles de cargos públicos y centenares de miles de
afiliados y simpatizantes.
Porque
es esa masa electoral, institucional y asociativa, que sufre los casos de corrupción que están hundiendo al PP con
la misma angustia y asco que cualquiera otros ciudadanos, quienes tienen las
llaves para salir ellos y sacarnos a todos de este enredo descomunal.
Son
ellos, la gente del PP, los que deben forzar la celebración de un Congreso
Nacional Extraordinario y en paralelo la dimisión desu gobierno. Pero sin caer
en la trampa de ensañarse contra Rajoy como bobo chivo expiatorio.
Por
supuesto, “el caso Barcenas”, que cobra visos de insoportabilidad moral y
social extremos, es ya sin la menor duda “el caso PP y el caso Rajoy”. Pero en
la gestación, desarrollo y beneficio de estas tramas de corrupción no ha estado
solo Rajoy ni, mucho menos, Barcenas.
Es una
historia vieja que empieza hace más de 20 años y arranca en el momento mismo
que Aznar recibe de Fraga el liderazgo del recién creado Partido Popular (PP),
como heredero de la rancia Alianza Popular (AP). Practicamente de Aznar hacia
abajo no hay nadie, nadie, en las instancias directivas del PP que no haya
pringado de alguna manera ¡y han habido tantas!, pues la situación actual y
toda su carga desestabilizadora y descalificadora de nuestro país y nuestra
Democracia, es el resultado acumulado de la confluencia de tres grandes tramas
de corrupción de las que Barcenas, que fue el hombre clave en el manejo de los
dineros del PP con Aznar antes que con Rajoy, es como una especie de cruce de
caminos de esas tres grandes tramas corruptas. Me remito a mi reciente artículo
“Nadie conoce a Barcenas; hay que joderse”, y disculpen la autocita.
El
Barcenas, un delincuente corrupto y confeso, es un monstruo que ha crecido hasta convertirse en
el mafioso que, desde la cárcel, acojona y chantajea al Partido del Gobierno de
España… Pero este monstruo es la creación de mucha gente, de muchos dirigentes
del PP, empezando por Aznar e incluyendo a Rajoy, obviamente. En estricta
lógica mafiosa, Barcenas sería un sicario de a pie; en modo alguno, un capitán
ni, mucho menos, un jefe de familia. Eso sí, un sicario de base pero con
información más que abundante sobre la
familia.
Por ello
insisto en que sólo los militantes del PP pueden sacar a su partido, y de paso
a todos nosotros, del fango al que lo arrojaron sus dirigentes en estos últimos
20 años. Y pueden hacerlo exigiendo o auto-convocando un Congreso Nacional
Extraordinario que elija un liderazgo y un equipo dirigente fuera de toda
sospecha de corrupción , de proximidad o complicidad con ella, a cualquier
nivel partidario o institucional.
Algun
bromista dirá que es muy difícil encontrar un presidente y un equipo directivo
del PP inmaculados. Pues no. Es una cuestión de método. Les sugiero que
empiecen por descarte, por lo más fácil, es decir, los que quedan
automáticamente excluidos de esa posibilidad por sus responsabilidades penales
y/o políticas en la corrupción: Aznar, Rato, Cascos (éste ahora es de otra
ganadería), Rajoy, Trillo, Mayor Oreja, Camps, Feijoo, Del Burgo, Cospedal… Y,
por supuesto, mi amiga Esperanza Aguirre que, por muy redentora anti-Rajoy que
se postule, nos acordamos todos que fue en su feudo de Madrid donde se produjo
la compra de los dos tránsfugas del PSOE que le dieron el gobierno regional y
que fue en Madrid, también, donde nació la trama corrupta “Gurtel”.
Hecho
este primer descarte de impresentables, la cosa no resulta tan difícil. Creo
que Soraya Saenz de Santamaría sería una excelente presidenta del PP por
razones que saltan a la vista, Y para el equipo valdría Ana Pastor y este chico
que lleva el gabinete de Rajoy, Moragas, y Zoido, el actual alcalde de Sevilla… Es una pena que haya vuelto a su
trabajo profesional Antonio Basagoiti; sería un excelente candidato. Aunque,
quien se va puede volver…
Sí, en
el PP sí hay gente buena, joven, decente, no corrupta, para armar un liderazgo
y un equipo de dirección alternativo.
Por lo
tanto, militantes, afiliados y afiliadas del PP, votantes, compatriotas y
conciudadanos, echen mano ya mismo de los estatutos y reglamentos internos de
su partido y a exigir y a presionar –en la calle, incluso- por la dimsion de
sus actuales dirigentes y por la celebración de un Congreso Nacional
Extraordinario en los términos que me he tomado la libertad de sugerirles.
El
resto, esa ámplia mayoría que nos somos del PP, tenemos la obligación
ineludible de seguir exigiendo dimisiones, regeneraciones morales y
reconstrucciones democráticas urgentes de nuestras elites dirigentes y del país
que tanto contribuyeron a arruinar, el nuestro.
Al igual
que les pasa a ustedes, no tengo la menor certeza que la gente del PP quiera y
pueda imponer esa fórmula congresual
como manera democrática de salir del hoyo.
Pero sí
tengo cierta esperanza de que la oposición de izquierda maneje este tema con
inteligencia y sentido estratégico, garantizando que el legitimo acoso a Rajoy
no dé como resultado pasar de malaga a malagon, pues sabido es que casi todo lo
que puede empeorar , empeora, y que hay al acecho tipos y tipas respecto a los
cuales Rajoy sería un demócrata ejemplar
o un socialdemócrata moderado.
Nos
entendemos.
*Exsecretario
general de la USO.
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