Qué lindo, viste, tenemos Papa nuevo. Es porteño y tano de
origen. Y,bueno, qué va a ser…
Tengo amigos que lo conocen, que dicen que es un tipo piola,
que anda en colectivo y en subte, que por ahí se banca los temas sociales.
Otros, amigos también, dicen que es medio gorila porque nunca se bancó a los
Kirncher, que si lo de la dictadura… qué sé yooó…
Si yo tuviera ocasión de chamullar con él un ratito le
vendría a decir:
“Ché, Jorgito, Santidad, mirá que está jodida la cosa.
Hacenos la gauchada vos que podés. No soy un hombre de Iglesia pero me afectan
muchas de sus cosas, viste, por proximidad, porque los problemas son
universales…
Hacé algo para limpiar tanta podredumbre en la cancha
vaticana. Toda esa cagada pestilente de la pederastia, la corrupción, el
cabildeo miserable… Suprimí el celibato, mirá, cómo va a predicar un tipo el
amor universal si no puede vivir el amor personal y carnal… Acabá con esa fobia
de la Iglesia contra las minas, abriles las puertas ya para que algún día te
sucedan; son la mitad larga de la Humanidad…
Ché, Santidad, no lo cargo más. Simplemente, ponga la
Iglesia –mirá que tiene poder y guita la Iglesia- al servicio de la doctrina de
Cristo, de los Evangelios, de las Bienaventuranzas… Es decir, al servicio de
los pobres, de los laburantes, de los perdedores…
Vos verás. Me limité a largarte una opinión por fuera… “
Manuel Zaguirre
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